LAS DEFENSAS EN INVIERNO.
Las defensas en invierno, fortalecen el sistema inmunitario, ya que el invierno incrementa la transmisión de enfermedades por virus. Por esto es importante que sobre todo en estos meses de invierno, con temperaturas bajas y el aumento de la humedad, hagamos una barrera contra la amenaza de coger un resfriado.
El sistema inmunológico es complejo y está influenciado por muchos factores. Un estilo de vida saludable y hábitos saludables como dormir bien o una buena alimentación va a ofrecer muchos beneficios a nuestra inmunidad.
¿Qué es el sistema inmunitario?
El sistema inmunitario es la defensa natural del cuerpo frente a los virus e infecciones. Está formado por diferentes células, tejidos y órganos que funcionan de forma conjunta para proteger nuestro organismo. El sistema inmunitario se adapta con el tiempo para ser capaz de reconocer agentes infecciosos de forma eficaz, generando lo que se conoce como memoria inmunitaria. Es importante cuidar y estar muy atentos a nuestro sistema inmunitario, porque los trastornos inmunológicos pueden ocasionar enfermedades, como la diabetes mellitus de tipo 1 o la artritis reumatoide.
¿Cómo fortalecemos el sistema inmunitario?
Algunas formas en las que podemos fortalecer este sistema inmune son:
Tomar complementos alimenticios, que contienen vitaminas y minerales fundamentales para proteger las defensas en invierno, por ejemplo:
La vitamina A tiene un efecto directo sobre el sistema inmunitario y podemos obtenerla principalmente en los huevos, frutas y verduras (col, zanahoria, mango…).
La vitamina C ayuda a reducir la intensidad y duración de las infecciones del tracto respiratorio. Se encuentra en cítricos (naranjas, pomelos…) y verduras de hoja verde (pimientos, brócoli…).
La vitamina D mejora la inmunidad con la exposición solar y el consumo de alimentos variados como el pescado azul, los lácteos o la yema del huevo. Para terminar, toca mencionar a las vitaminas B6, B12 y B9 (folato), esenciales para el sistema inmunitario.
Además de las vitaminas anteriormente mencionadas, también podemos encontrar en los complementos alimenticios para aumentar las defensas, ingredientes tales como:
La Miel, que contiene vitaminas, minerales, azúcares que otorgan beneficios demulcentes, recubriendo y protegiendo las superficies de la laringe de agentes irritantes. Además, de actividad antinflamatoria, antioxidante y antimicrobiana
Própolis, que es un material similar a la resina fabricado por las abejas a partir de las yemas de los álamos y los árboles conos, las abejas lo usan para construir colmenas y puede contener subproductos de las colmenas. El propóleo parece ayudar a combatir bacterias, virus y hongos.
Biotina, que contribuye al mantenimiento de la piel y las membranas mucosas normales, reforzando así la primera barrera de defensa.
Extracto de Equinácea, que estimula el sistema inmunológico afectando la respuesta inmune inespecífica y el sistema del complemento, favoreciendo determinados mecanismos de protección frente a agentes extraños.
El Zinc está presente en las células de todo el cuerpo. Ayuda al sistema inmunitario a luchar contra las bacterias y los virus que lo atacan. El cuerpo también usa el zinc para producir ADN (el material genético de las células) y las proteínas.
La jalea real es el alimento secreto de la abeja reina. Las abejas no solo producen miel, se ponen a trabajar y empiezan a recolectar polen con agua y elaboran la famosa jalea real, ya que aumenta los niveles de anticuerpos en el organismo y otras moléculas involucradas en el sistema inmunitario. Eleva la presencia de Interferón Gamma, interleucinas (IL-2 e IL-10) y linfocitos T, de manera que nos fortalece frente a resfriados.
Además de un montón de propiedad adicionales. que nos ayudan con el cansancio y la fatiga, mejora la concentración y la memoria, o la falta de apetito…
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